Había pasado toda la noche mirando el punto negro del techo, lo vio tanto que hasta le dio forma, tiene cara de un viejo con los ojos tristes, ovalados, con las mejillas caídas, y la sonrisa desgastada, pensaba, pero ya le dolían los ojos, de tanto mirar.
No tenia otra opción porque cuando los cerraba, estaban esas líneas, que se movían hasta formar un punto, y se cortaban, formaban un punto, se estiraban, formaban un punto, mas puntos, una línea, mas líneas, un circulo, se partía, líneas, cuadrados, triángulos, rectángulos. No. No lo podía soportar, prefería que le ardieran los ojos al ver un solo punto con cara de viejo.
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